El capricho de Aristóteles Onassis
El armador griego Aristóteles Onassis era hacia 1950 uno de los hombres más ricos del mundo. Aprovechaba bien su estatus disfrutando de fiestas glamurosas y cruceros por el mediterráneo en compañía de la alta sociedad, entre los que se incluían el Príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly. Fue en uno de esos cruceros donde conoció a la que por entonces era una auténticadiva de la ópera en el más amplio sentido de la palabra, María Callas. En ese momento comenzó una apasionada pero triste historia de amor.
Y el armador se encaprichó de la cantante. Y por supuesto que la consiguió. Consiguió que la famosa Callas abandonara a su marido para entregarse por completo a su papel de amante de Onassis, un papel que no era exclusivo para ella. Orgulloso de su conquista, Aristóteles Onassis pulió a María Callas, en fondo y en forma, modelando su apariencia y sus emociones. La verdad es que María no podía con tanto amor; la verdad es que Aristóteles era un hombre tóxico.
María Callas escondía sus complejos y su falta de autoestima con grandes dosis de soberbia y frivolidad, mientras intentaba superar sus carencias afectivas con el hombre equivocado, con un hombre que la consideraba un objeto digno de exhibición, pero un objeto al fin y al cabo.
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